¿Te apuntas? Todo empieza con unos buenos colgadores: hoy te presentamos cuatro propuestas que no podrás dejar de admirar, porque han surgido de la naturaleza y son de una gran belleza.
Molaris
Una pieza singular que proviene del fruto da la Magnolia
El colgador Molaris está elaborado con el fruto de una magnolia que crece cerca de las plantaciones de cacao de Colombia. Cuando el fruto se abre y cae a la tierra, nuestro artesano lo recolecta y lo trabaja transformándolo en esta pieza singular, que destaca por su gran resistencia y durabilidad. Su aspecto orgánico y rústico dará a tus paredes o puertas un toque agreste y natural.
Meteora
La elegancia de lo sencillo
El colgador Meteora nos trae la esencia del verano mediterráneo: está realizado a partir de la rama de una planta llamada adelfa, muy característica de la región mediterránea. Esta rama se trabaja en fresco por su flexibilidad y, una vez seca, se vuelve muy resistente, lo que nos permite crear este colgador de líneas curvas, simple y muy elegante.
Gemma
El marfil natural que no te esperas
¿Sabías que existe un marfil de procedencia no animal? El colgador Gemma está realizado con unas semillas que son especialmente duras y que se consideran “el marfil vegano”. Ninguna de las piezas es igual a otra, con lo que puedes crear un conjunto diverso y original. Están disponibles en dos acabados, la semilla pelada o sin pelar: elijas el que elijas, conseguirás un estilo sofisticado y natural.
Olivo
Cuando la belleza surge de la tierra
El colgador Olivo está realizado a partir de las raíces del acebuche, un olivo silvestre que es característico de la cuenca mediterránea. También en este caso cada pieza es diferente, ya que en la superficie se aprecian diferentes texturas y líneas curvas que la naturaleza dibuja sobre este tipo de madera.